La competición es una lucha de leones, levanta la cabeza, echa los hombros hacia atrás, camina con orgullo, no te lamas las heridas, celébralas. Las cicatrices de tu cuerpo son la marca del campeón. Has estado en una pelea de leones, que no hayas ganado no significa que no sepas rugir.
Las gafas de Clarinxi
Bienvenidos a mi mundo, y al mundo de mis poemas, de mis textos y reflexiones, de las canciones que me ponen los pelos de punta y a todo lo que me hace reír. Bienvenidos a mi blog, el lugar desde el cual a partir de ahora me voy a dejar conocer y voy a compartir lo que me pasa por la cabeza, ya os iré contando como me siento, como veo las cosas, todo lo que me gusta y lo que no me gusta tanto...espero que disfrutéis mucho. Bienvenidos a mi mundo de las gafas de colores.
domingo, 17 de octubre de 2010
viernes, 1 de octubre de 2010
They knew the time would come, and time would be cruel
martes, 31 de agosto de 2010
lunes, 30 de agosto de 2010
I've given all I can, it's not enough
Sentía asco, mucho asco.
Anduvo por la calle oscura de camino a casa pensando, y cada paso que daba le costaba más respirar.
- Será cabrón!- pensó, lamentando haber perdido la oportunidad de decírselo a la cara bien fuerte.
¿Cómo podía haberse quedado callada? Ella, que siempre había creído tener recursos suficientes como para expresarse, y, claro está, mandar a la mierda a quien hiciera falta. Pero se había callado, mirándole con horror mientras él contaba no se qué historias sin sentido.
Al menos había conseguido aguantar las ganas de llorar, pensó mientras cruzaba la calle. Ahora, en cambio, sus lágrimas luchaban por conseguir un espacio en sus ojos, húmedos, fríos y oscuros.
- ¡Qué asco! ¡Maldito cabrón!
miércoles, 2 de junio de 2010
Playa..
La playa es un lugar tranquilo, y al atardecer es más bonito que nunca. Un día de primavera atardece y nosotros estamos de pie mirando al mar.
Me abrazas. Te miro.
-Venga, vamos! Te echo una carrera hasta el agua!! - dices, y empiezas a correr mientras te quitas la camiseta.
Y voy detrás de ti, hasta que llego al agua.
- ¡No vale salpicar eh! ¡Aaaah!
El agua está fresquita, y sumerjo la cabeza. Me vuelves a abrazar y te miro otra vez.
Sí, es verdad, la playa es un lugar maravilloso.
Calor...
Hace calor. El intenso color del cielo se refleja en mis pupilas, y el viento azuza mi melena. Estoy tumbada boca abajo en una hierba tan verde y tan fresca como el olor a primavera.
Él está tumbado junto a mí, boca arriba, y juega con mi pelo, llenándolo de ramitas y de flores, de paz.
Apuro mi helado de limón, medio derretido, mientras la tarde se escapa en el reflejo del río.
Siento la tranquilidad, que se ve perturbada por un ataque de risa provocado por una oleada de cosquillas.
- ¡Para! ¡Basta, por favor! - grito, riéndome tanto que se me caen las gafas de sol.
Pero él no para, y eso me encanta. Ataca una vez más cuando me giro inesperadamente y le agarro ambas manos. Inmovilizado, él sonríe y me mira, y entonces, decidida y con más ganas de jugar que nunca, dejo escapar un ''te vas a enterar'' y le beso fuertemente en los labios.
Él está tumbado junto a mí, boca arriba, y juega con mi pelo, llenándolo de ramitas y de flores, de paz.
Apuro mi helado de limón, medio derretido, mientras la tarde se escapa en el reflejo del río.
Siento la tranquilidad, que se ve perturbada por un ataque de risa provocado por una oleada de cosquillas.
- ¡Para! ¡Basta, por favor! - grito, riéndome tanto que se me caen las gafas de sol.
Pero él no para, y eso me encanta. Ataca una vez más cuando me giro inesperadamente y le agarro ambas manos. Inmovilizado, él sonríe y me mira, y entonces, decidida y con más ganas de jugar que nunca, dejo escapar un ''te vas a enterar'' y le beso fuertemente en los labios.
miércoles, 21 de abril de 2010
Así como la música jazz...
El viento se llevaba la luz de una vela, y hacía frío en el salón.
- ¿Puedo pasar? - Preguntó él, titubeando, en la puerta de casa, con una botella de lambrusco en la mano y cara de culpabilidad.
A las 12 de aquella misma noche ya estaba todo bien. La vela ardía lentamente, en el salón hacía calor, la botella de lambrusco amenazaba con terminarse y ellos dos estaban dispuestos a todo.
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